Tuve una conversación hace casi una semana con un amigo mio que trabaja en proyectos turísticos mientras discutiamos como elaborar de forma adecuada un plan de negocios para unos negocios tipos del área de turismo. Me llamó la atención que este amigo conocía un método, probado y comprobado estadistiacmente, de aplicar los costes y gastos operativos de todo negocio turístico, que se basaba en considerar una fracción de las ventas. Es simple. Tu tienes ventas, le aplicas un porcentaje, ese porcentaje son tus gastos administrativos, y otro porcentaje son tus costes y otro es tu ganancia. Punto.

Esto llamó mucho mi atención, porque si bien un método puede ser probado y comprobado, pueden existir singularidades al mismo, o incluso mejoras graduales. Supongo que por la premura del tiempo existía la necesidad de aplicar el método o como el mismo me dijo, una cosa es que una persona “cualquiera” hable de la economía mundial y otra que PPK lo haga.

Esto me dejó pensando ¿Cómo no es posible aplicar los conceptos fundamentales de costeo a un negocio, cuya aplicación masiva y tabulada nos da un metodo estadístico y si es posible aplicar ese mismo metodo estadístico al negocio? Si bien este método nos ahorra mucho tiempo de análisis, y al mismo tiempo asegura la existencia de menos errores para no estar “redescubriendo la rueda”; lo que sucede es que mata la innovación y gracias a posibles preconceptos se límita ver nuevas formas de mejorarlo.

¿Cómo es posible innovar cuando no disponemos de tiempo o de recursos para hacerlo?

Existen varias razones de peso para pensar que, en tiempos de recesión, de vacas flacas, de angustia y de crisis, la gente debiera mostrar más interés en la innovación, aquí unas cuentas:
1. Las viejas ideas ya no sirven o son insuficientes.
2. Las nuevas ideas nos conducirán de nuevo a la prosperidad.
3. La competencia suele estar más dormida.
4. Los costos de desarrollo suelen estar más bajos.
5. El costo de entrada a un mercado es con frecuencia menor.
6. Las adquisiciones son más baratas.
7. Los errores suelen ser menos onerosos.

Las nuevas ideas no sólo obligan a la gente a salir de la mediocridad y destacarse del montón sino que son la única cosa que puede contribuir a resolver los problemas que enfrenta y sacarla del hueco en el cual se encuentra.

Sin embargo las personas y organizaciones equivocadamente se enfrentan a la tarea de desarrollar nuevos productos de la misma manera como se aproximan al diseño y la creación de nuevas campañas publicitarias.

¿Cómo podemos entonces realmente innovar?

Las ideas diferentes son inherentes a la innovación y sin embargo suelen ser descartadas por mucha gente y muchas instituciones. La creatividad es un asunto que puede incorporarse a todos y cada uno de los aspectos del mundo de los negocios, además que pueden también incorporarse a la vida que llevamos fuera de lugar de trabajo.

La innovación se ha convertido en un factor muy importante para los dirigentes del mundo corporativo. Muchas empresas alegan “estar innovando”, sin embargo para la mayoría aquello que llaman innovar se sustenta sobre ideas, principios y procesos caducos. En el mejor de los casos minúsculas mejoras en bienes y servicios.
Los saltos cualitativos innovadores ocurren cuando alguien descubre un modo completamente nuevo de abordar algun problema. Esto no es lo mismo que Clayton Christensen y Geoffrey Moore llaman una “innovación discontinua”.

Mientras que el salto cualitativo innovador pone énfasis en el acto de penetrar en un universo desconocido o inexplorado antes que un mero rompimiento con unos patrones de innovación perfectamente previsibles. Un salto cualitativo innovador puede ocurrir en cualquier actividad y lugar imaginables dentro del universo de una organización. Los saltos más grandes los constituyen las innovaciones que transforman el mundo. Y estos saltos son resultados de un acto creativo.

Asi los saltos cualitativos continuos y la transformación continua pueden ir de la mano, tal y como ocurre con Corning Incorporated desde hace mas de 150 años. En sus origenes, se fundó como una fábrica de bombillas eléctricas que sin embargo no ha dejado, literalmente, de cambiar el mundo al mismo tiempo que se ha transformado a sí misma a tráves de más de doce saltos innovadores. Solo para darse una idea de la magnitud de los saltos, piénsese en sus últimas aventuras en el mundo de la biotecnología. ¿Cómo, se preguntarán, una compañía dedicada a la fabricación de productos de vidrio, conocida por sus utensilios de cocina con el legendario motivo a flores azules, pudo convertirse en una empresa líder en el campo de la biotecnología? Muy sencillo: Corning no ha dejado de hacer lo que siempre ha hecho: con un ojo siempre puesto en el futuro, realizó investigaciones de punta, renovó su capacidad tecnológica y manufacturera y por último dio un salto atrevido.
A todo esto, quiero terminar este artículo con una frase muy importante al momento de pensar en innovación.

“La opinión popular nunca genera innovación” Stajiv Chahil, Director de marketing de Palm, Inc.

Fotografía: Juan Pablo R. Girón Lingán (Taller experimental de Ideas de Negocio - Centro de Incubación de Proyectos Empresariales UNI 2005 - Dinámica: Crea un nuevo objeto que no tenga nombre y que represente la visión de tu proyecto solamente con objetos que encuentras en la calle)