En nuestra sociedad latinoamericana reina la viveza en la población. La falta de ética y honestidad, así como la falta de profesionalismo un algo generalizado en la mayoría de la población. Y esto es un punto muy importante con el que un emprendedor tiene que luchar luego de haber sembrado la semilla de su empresa y ahora necesita expandirla.
Si bien en un inicio la empresa lo conformaba emprendedores dispuestos a trabajar mucho más de la cuenta, porque de todas formas es su emprendimiento; luego llega el momento de expandir la operación y contratar más personal suponiendo que se ha superado el tan temido valle de la muerte.
Es en este punto en donde empieza la selección de personal y contratación. ¿Cómo contratar adecuadamente? Este es siempre el dilema de toda empresa. Por un punto muy sencillo y es que dada nuestra “viveza” y “criollada” nos enfrentamos a cientos de postulantes que presentan hojas de vida muy bien elaboradas y gracias a esa “viveza” y “criollada” muchas veces estas hojas de vida están infladas con respecto de la realidad.
Lo he escuchado en empresas pequeñas así como en las más grandes empresas como por ejemplo mineras transnacionales. Habría que postular una nueva frase: “Hojas de Vida vemos, conocimientos y habilidades no sabemos” y es que normalmente no se refleja la realidad y si se comete un error en la contratación terminamos con profesionales que no responden al cargo, no tienen las capacidades ni habilidades esperadas (y requeridas) para que la operación funcione.
El resultado es obvio, es una catástrofe para tu empresa si es pequeña, ya que se evidenciará muy tarde, cuando estés cayendo y tu empresa deje de funcionar.
Y aquí volvemos a la “viveza” y “criollada” que vivimos en latinoamerica. ¿Te has preguntado que habilidad es la más reconocida entre los empleados cuando no se encuentran supervisados (cuando el jefe no se encuentra)? Muchos de ellos lo pregonan entre sus amigos pero nunca con sus jefes. Esta habilidad es la capacidad de un empleado de pasar todo el mes con la mínima carga laboral posible y cobrar su sueldo completo a fin de mes. Esto es lo que muchos llaman un “maestro”. Es un casi gurú en las organizaciones entre los empleados (obviamente no para los jefes).
Piénsalo bien. Un empleado no tiene una meta como la de un emprendedor. El solo quiere su sueldo o beneficios. Son pocos los empleados que dan más de lo que acuerdan dar al momento de ser contratados. Y esto no es malo. Lo que es malo es en dar menos trabajo de lo que recibes a fin de mes en tu boleta de pago (o tu recibo por honorario). He allí el secreto mágico de ese gurú empleado que sabe cómo pasar todo el mes con la mínima carga laboral posible y no recibir ningún descuento en su boleta (o recibo por honorario) por ello.
Entre lo más evidente tenemos
Y esto es algo que lo empleados no entienden al momento de exigir sus beneficios. Porque son muy buenos para exigir lo que merecen, pero son muy malos al momento de entregar lo que deben.
Es obvio que existe un sector de la población laboral que si es profesional y en todo sentido. Y es esta población laboral es la que las empresas se pelean por conseguir, y al pelearse, cada empresa lucha por ofrecer más y mejores beneficios como son utilidades, seguros médicos, capacitación, clubes, etc. Pero sucede todo lo contrario con el otro sector (que es la mayoría) al que hay que constantemente supervisar para asegurarte que al menos cumpla con el trabajo mínimo pactado.
En todo este sentido pienso que la nueva ley sobre beneficios laborales se promulga pensando en aquel sector que no es el sector más deseado. Es obvio que si eres bueno en lo que haces, pronto la empresa de la competencia te ofrecerá más beneficios para que te cambies. Allí no aplica ley alguna. La ley aplica para aquellos que se les ofrece el mínimo, porque lamentablemente no aportan incluso el mínimo.
A esas personas que abundan, que no desarrollan capacidades para volverse indispensables o que simplemente no aportan ni apoyan ni demuestran compromiso es para las que se debe crear una ley que los protega de la sobre explotación. Y es cierto que existe la sobre explotación de estas personas con regímenes laborales de 12 horas, sin reconocimiento de ningún tipo. Y por ello esa ley va a ese sector.
Recuerda, las empresas tienen a sus profesionales más deseados bien pagados, pero a los que buscan engañar y son “vivos y criollos” prefieren hasta incluso tercerizarlos. Ellos, tienen que luchar con cientos de personas “vivos y criollos” que también quieren un puesto de trabajo y dada esa abundancia sus sueldos caen. Y hasta se vuelven piezas de fácil recambio haciendo que sus sueldos caigan rápidamente al mínimo, y hasta incluso al no encontrar puestos laborales se sub oferten aceptando trabajar fuera del sistema formal, sin beneficios y sin seguridad.
Pero seamos honestos, esto no sucede con un trabajador que es “punche”, que es “puntual”, que es “comprometido” y que a sabiendas que le falta conocimiento o formación aporta un poco más para compensar esa deficiencia. Esos trabajadores son valorados e incluso reciben “premios” en sus puestos como pequeños bonos o capacitación para que crezcan. Pero seamos honestos, de estos trabajadores hay poquísimos y yo también estoy buscándolos.
Si bien en un inicio la empresa lo conformaba emprendedores dispuestos a trabajar mucho más de la cuenta, porque de todas formas es su emprendimiento; luego llega el momento de expandir la operación y contratar más personal suponiendo que se ha superado el tan temido valle de la muerte.
Es en este punto en donde empieza la selección de personal y contratación. ¿Cómo contratar adecuadamente? Este es siempre el dilema de toda empresa. Por un punto muy sencillo y es que dada nuestra “viveza” y “criollada” nos enfrentamos a cientos de postulantes que presentan hojas de vida muy bien elaboradas y gracias a esa “viveza” y “criollada” muchas veces estas hojas de vida están infladas con respecto de la realidad.
Lo he escuchado en empresas pequeñas así como en las más grandes empresas como por ejemplo mineras transnacionales. Habría que postular una nueva frase: “Hojas de Vida vemos, conocimientos y habilidades no sabemos” y es que normalmente no se refleja la realidad y si se comete un error en la contratación terminamos con profesionales que no responden al cargo, no tienen las capacidades ni habilidades esperadas (y requeridas) para que la operación funcione.
El resultado es obvio, es una catástrofe para tu empresa si es pequeña, ya que se evidenciará muy tarde, cuando estés cayendo y tu empresa deje de funcionar.
Y aquí volvemos a la “viveza” y “criollada” que vivimos en latinoamerica. ¿Te has preguntado que habilidad es la más reconocida entre los empleados cuando no se encuentran supervisados (cuando el jefe no se encuentra)? Muchos de ellos lo pregonan entre sus amigos pero nunca con sus jefes. Esta habilidad es la capacidad de un empleado de pasar todo el mes con la mínima carga laboral posible y cobrar su sueldo completo a fin de mes. Esto es lo que muchos llaman un “maestro”. Es un casi gurú en las organizaciones entre los empleados (obviamente no para los jefes).
Piénsalo bien. Un empleado no tiene una meta como la de un emprendedor. El solo quiere su sueldo o beneficios. Son pocos los empleados que dan más de lo que acuerdan dar al momento de ser contratados. Y esto no es malo. Lo que es malo es en dar menos trabajo de lo que recibes a fin de mes en tu boleta de pago (o tu recibo por honorario). He allí el secreto mágico de ese gurú empleado que sabe cómo pasar todo el mes con la mínima carga laboral posible y no recibir ningún descuento en su boleta (o recibo por honorario) por ello.
Entre lo más evidente tenemos
- Llegar tarde y retirarse a su hora exacta, sin recuperar las horas de tardanza (cuando no hay control del horario)
- No cumplir con “ciertas” tareas que se pueden traspapelar u olvidar a no ser criticas
- Inventar enfermedades para ausentarse de su trabajo pero recibir el pago por dichas ausencias
- Pasar horas frente al computador en páginas de diversión (Facebook, Youtube) sin realizar su trabajo y justificar sus incumplimientos por factores ajenos a el.
- No contestar el teléfono fuera de su horario de oficina para posibles emergencias laborales
Y esto es algo que lo empleados no entienden al momento de exigir sus beneficios. Porque son muy buenos para exigir lo que merecen, pero son muy malos al momento de entregar lo que deben.
Es obvio que existe un sector de la población laboral que si es profesional y en todo sentido. Y es esta población laboral es la que las empresas se pelean por conseguir, y al pelearse, cada empresa lucha por ofrecer más y mejores beneficios como son utilidades, seguros médicos, capacitación, clubes, etc. Pero sucede todo lo contrario con el otro sector (que es la mayoría) al que hay que constantemente supervisar para asegurarte que al menos cumpla con el trabajo mínimo pactado.
En todo este sentido pienso que la nueva ley sobre beneficios laborales se promulga pensando en aquel sector que no es el sector más deseado. Es obvio que si eres bueno en lo que haces, pronto la empresa de la competencia te ofrecerá más beneficios para que te cambies. Allí no aplica ley alguna. La ley aplica para aquellos que se les ofrece el mínimo, porque lamentablemente no aportan incluso el mínimo.
A esas personas que abundan, que no desarrollan capacidades para volverse indispensables o que simplemente no aportan ni apoyan ni demuestran compromiso es para las que se debe crear una ley que los protega de la sobre explotación. Y es cierto que existe la sobre explotación de estas personas con regímenes laborales de 12 horas, sin reconocimiento de ningún tipo. Y por ello esa ley va a ese sector.
Recuerda, las empresas tienen a sus profesionales más deseados bien pagados, pero a los que buscan engañar y son “vivos y criollos” prefieren hasta incluso tercerizarlos. Ellos, tienen que luchar con cientos de personas “vivos y criollos” que también quieren un puesto de trabajo y dada esa abundancia sus sueldos caen. Y hasta se vuelven piezas de fácil recambio haciendo que sus sueldos caigan rápidamente al mínimo, y hasta incluso al no encontrar puestos laborales se sub oferten aceptando trabajar fuera del sistema formal, sin beneficios y sin seguridad.
Pero seamos honestos, esto no sucede con un trabajador que es “punche”, que es “puntual”, que es “comprometido” y que a sabiendas que le falta conocimiento o formación aporta un poco más para compensar esa deficiencia. Esos trabajadores son valorados e incluso reciben “premios” en sus puestos como pequeños bonos o capacitación para que crezcan. Pero seamos honestos, de estos trabajadores hay poquísimos y yo también estoy buscándolos.
buen panorama del contexto, feliz año nuevo 2015
Hola Raúl
Lo que describo aquí es el panorama tal cual. El mercado es así. Si bien podemos motivar y líderes, lo que intento decir es que el mercado da así a los trabajadores. Así vienen y ese liderazgo es parte de invertir (tiempo) para mejorarlos. Piensalo.
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